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Reflexión: AGRESIÓN HACIA UNA JOVEN ARBITRO, GENERÓ UNA OPORTUNIDAD IMPENSADA

COLGAR EL PITO O CERRAR LA BOCA SON LAS ALTERNATIVAS ANTE LA VIOLENCIA

El fin de semana pasado se dio un nuevo hecho repudiable en el entorno de las divisiones “formativas” del futbol local. Donde los deportistas, sus familias y algunos amigos, concurren a un espectáculo de entrada libre donde nada más y nada menos que los que adolecen, los que se están consolidando como individuos, chiquilines de 13 o 14 años son los animadores de un deporte pasional, competitivo, pero que tiene su esencia en la diversión, en el JUEGO, en la integración, sin descuidar la sana disputa por un resultado favorable que ambos equipos lealmente pretenden.

Esas máximas de este hermoso deporte se bastardean cuasi permanentemente desde el pie, desde el fútbol infantil, en las juveniles, en las categorías mayores, en lo amateur y también en lo profesional.

Todos decimos que el fútbol es una fiesta, efectivamente para un montón de hinchas lo es, pero para una porción de la hinchada no es una fiesta, es una guerra. Esto tiene varios motivos y quizás estén asociado a un cambio social innegable, del cual los adultos no somos espectadores.

Pero que seamos conscientes de esta realidad que nos golpea en la cara, no significa que la naturalicemos, que la aceptemos y que renunciemos a la lucha de dar un golpe de timón que nos permita encarrilar el rumbo. Quizás eso, es lo que intentan hacer madura y organizadamente los árbitros de Melo, y no sólo por el fútbol.

¿QUE PASÓ?

Ante los insultos sostenidos de parte de hinchas hacia una muchacha que fue a trabajar, que ofició de asistente de línea en el partido entre Nacional y Boca Jrs., despertó la digna respuesta de los árbitros locales en conjunto. Quienes frenaron la moto y dicen “ASÍ NO VA MÁS”.

Por este motivo, la respuesta inicial fue de solidaridad hacia la colega y posteriormente de colocarle pienso y actitud para llevar adelante estrategias de “sanación” a esta manzana podrida, donde conviven los dirigentes, los técnicos, los jugadores, sus familias, los parciales, los árbitros, la prensa, la seguridad, entre otros.

Juegan muchos y otros nada, porque de existir verdaderas normas sancionatorias que regulen lo que está mal, nadie osaría en “putear” en el mes de la mujer a una muchacha que fue a hacer su trabajo al servicio de un deporte machista. Pero que esos insultos que apuntan a la persona no solamente a la trabajadora, prevengan de otra u otras mujeres, que son madres de bien, que se levantan temprano para ir a apoyar a sus hijos, que preparan tortas fritas en la cantina o venden rifas para colaborar con el club, también merece otra reflexión.

Independientemente que las conjeturas que podrá sacar cada quien, en lo inmediato, el Consejo Directivo organizado y la Comisión de Seguridad de los Árbitros de Melo, presentó ante la Asociación Dptal. de Fútbol de Cerro Largo una moción que apunta a que los propios clubes regulen los desbordes de violencia de sus parciales y que, en caso de repetirse serán los delegados los que busquen encausar el problema pidiendo silencio o el retiro de la cancha de los desubicados. En caso contrario, los árbitros colgarán el pito y se suspenderá el juego.

DESPUÉS NOS ASOMBRAMOS CUANDO LOS CHICOS NO RESPETAN LAS NORMAS

En ese combo complejo que se genera en torno a una pelota que gira, la violencia que ejerce el mundo adulto preocupa y los mensajes intrínsecos que se van generando también. El árbitro en un partido de fútbol es la justicia, el orden, el responsable de aplicar las normas y de sancionar a los actores ante el incumplimiento de estás.

Nada muy diferente a lo que hace un policía en la plaza, un inspector en la calle o una docente en el aula de estudio. Sin embargo, algunos responsables de formar a nuestras futuras generaciones, las personas más influyentes en la vida de esos individuos de 14 años, muchas veces equivocan o equivocamos los caminos y decimos con gestos, cuestionamientos e insultos, que a la autoridad no se respeta, que las normas son flexibles y que si no me gustan, debo “putear” sin medir consecuencias ni daños a terceros.

Quizás por esto la palabra “reflexión” para TODOS, sea la más adecuada por estas horas, sin olvidar que cuando el pitazo final llega y el baño reparador hacer bajar las tenciones, lo que pasó en el rectángulo de juego debería ser secundario, pero todos sabemos que en esos chiquilines quedan con secuelas de los insultos, de la violencia, la vergüenza y el mal momento.

La buena parte de la historia, es que pese a todo ellos logran rápidamente volver a su esencia sin rencores, vuelven al liceo, a la plaza, al barrio, al almacén, al inglés, al cumpleaños de 15, a la juntada de la esquina, a la amistad propia de una ciudad pequeña donde todos se conectan, donde todos se conocen.

OPORTUNIDAD IMPENSADA

Siendo sabedores de esta gran riqueza y pese a la preocupación de lo acontecido, en la tarde hoy surgieron algunas llamadas hacia la mujer agredida, hubo apoyo, solidaridad e institucionalmente por parte de uno de los clubes un pedido de disculpas. También hubo una charla entre los actores, árbitros, cuerpo técnico y jugadores, donde analizaron algo de lo que pasó con la ilusión de que no se repita, sabiendo que, para lograrlo TODOS debemos poner lo nuestro.

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Pablo González Juarez

Periodista / fotógrafo/ productor.
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