El dinero por encima de la ley

Incumpliendo leyes y decretos vigentes, el transporte de dinero parece valer más que la seguridad vial y la propia vida para quienes, haciéndose los distraídos, sancionan al vecino común pero hacen la vista gorda ante vehículos cargados de dinero. Actúan como si fueran impunes.
De hecho, lo son. Pero no deberían serlo.
Atento a lo dispuesto por el Artículo 168 numeral 4° de la Constitución de la República y la Ley 16.170 de fecha 28 de diciembre de 1990, se decretan una serie de obligaciones que regulan el proceder de las empresas de seguridad que realizan transporte de valores.
En su Artículo 27, se establece claramente:
“En todo momento los vehículos de transporte de valores y custodia deberán respetar las normas de conducción y estacionamiento dispuestas por el Reglamento Nacional de Circulación Vial, la Ordenanza General del Tránsito y los Digestos Municipales respectivos, debiendo las instituciones tomar las previsiones para que exista estacionamiento libre frente a las mismas para todos los vehículos involucrados en la operación en el momento de movilizar valores, por un tiempo que no exceda los 20 (veinte) minutos.”
Sin embargo, los atropellos en materia de tránsito que observamos cotidianamente en la ciudad de Melo desde hace años dejan en evidencia un claro desprecio por estas normas. Se mira para el costado, sin importar el riesgo que corren terceros.
Un ejemplo más ocurrió en la mañana de este viernes, en la intersección de Bulevar Francisco Mata y Florencio Sánchez, un cruce complicado, donde dos vehículos de una misma empresa de transporte de valores dejaron apenas una estrecha pasarela para quienes circulaban por Sánchez, impidiendo casi por completo la posibilidad de doblar hacia el centro de la ciudad para quienes circulaban por Mata de norte a sur.
El ángulo de giro quedaba bloqueado por completo. La maniobra, además de riesgosa, fue una clara infracción a la normativa vigente.
Mientras tanto, el vecino que se detiene un par de minutos fuera de lugar recibe la sanción correspondiente.
La diferencia está clara: cuando se transporta dinero, la ley parece valer menos.