Declaró un hombre por el ataque de abejas que dejó a 37 personas afectadas
Apicultores trasladaron ayer a un un campo dos colmenas con abejas que hallaron en el patio de un escritorio rural.

El ataque con abejas en el Centro de Melo en la tarde de este jueves dejó un saldo de 37 personas afectadas —adultos y menores— por las picaduras, que fueron todas dadas de alta en las últimas horas, confirmó a El País Alejandro Abreu, jefe de seccional segunda de Melo (Cerro Largo).
No obstante, el caso que conmovió a los melenses y generó escenas de película con autos abiertos en plena calle luego de que los ocupantes huyeran de la zona, tuvo un capítulo judicial. En la zona se desplegaron policías y bomberos, junto a apicultores, para controlar la situación.
Un grupo de cuatro apicultores despejó ayer de tarde la zona para que el ritmo de Melo no se viera más afectado. Luego ubicaron en una casa, desde donde presumían que venían los ejemplares que atacaron a varios melenses. Se trata de un escritorio rural que estaba cerrado a esa hora, pero al que lograron ingresar tras ubicar al hijo del dueño.
Al fondo, en un patio, encontraron dos colmenas con abejas que lograron retirar con el equipamiento adecuado. Fueron trasladadas al campo de uno de los apicultores mientras continúa la investigación judicial.
El dueño de la casa, de 52 años, no fue ubicado por sus hijos hasta la noche de ayer porque estaba en el campo, agregó Abreu. Una vez lo ubicaron, ya preocupados porque no lo encontraban, le contaron el hecho y horas más tarde se presentó a declarar junto a su abogado a una seccional policial.
Este viernes de mañana, el hombre señaló a los efectivos que las colmenas habían sido trasladadas hace seis años desde un campo que tenía arrendado. Aseguró que las colocó en el fondo y que no había constatado que hubiera abejas allí. Dio a entender que los ejemplares “habían ido a los cajones por el olor o por el instinto de ir a las colmenas”, agregó el agente.
Por el momento no se presentaron denuncias por las picaduras y el hombre permanece libre mientras se aguarda la definición de la fiscal del caso, Adriana Cruz.
Los efectivos probablemente se pondrán en contacto con el Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) para asesorarse sobre las actuaciones administrativas como multas u otras acciones, adelantó Abreu. Este paso se suele hacer cuando hay perros u otros animales que atacan a personas.
EL PAIS