Mirada Jóven

EL MUNDO DE LA DISCAPACIDAD VISTO DESDE ADENTRO

El mundo de la discapacidad tiene su propio ritmo, es muy diverso, tiene muchos días grises y carece de infraestructura. Dentro de un mundo mayor el nuestro parece pequeño, y no siempre tiene cabida en los diversos rincones del planeta mayor. Lamentablemente es fácil argumentar, por ejemplo, se puede apreciar que en las plazas públicas faltan juegos que integren, pues los niños en condición de discapacidad parecen no tener derecho a divertirse. En muchas oficinas del estado, sí del estado, no hay acceso y debemos afrontar el tormento de las escaleras o directamente desistir del intento. Incluso en centros educativos faltan condiciones para atender a los niños en condición de discapacidad, y no hablo sólo de infraestructura edilicia.


En otro orden, las bombas de estruendo de cada navidad NO son sinónimo de celebración ni de “noche buena” para quienes padecen trastornos del espectro autista. Esas reuniones de alegría y unión terminan para otros en crisis, en ataques de pánico, en llanto, temblor y miedo. Todo como consecuencia del estampido de coloridos fuegos artificiales que resuenan como cañonazos en el sensible tímpano de muchos de esos niños.
Hay un movimiento de padres llamado “Agrupatea” que hace camino buscando mejores condiciones para sus hijos, pero los avances si es que llegan, son en cuentagotas. Tampoco por ahora favorece la conciencia social.
Los no videntes o personas con baja visión, no tienen señales claras para transitar por la ciudad, incluso lo poco que existe, está mal (sobre este tema, Cerro Largo Portal aportará más datos en próximas ediciones). Ni hablemos de las cebras, que en muchos de los casos no se respetan, y que en otros no se colocan. Por ejemplo, en la intersección de las calles Treinta y Tres y Lestido. Allí hay una óptica, y son varias las personas de baja visión que se bajan en la terminal y con las dificultades del caso, pasan por esa esquina que además ahora, ya no tiene cartel de “pare”.

Desde este mundo de personas en condición de discapacidad, entiendo que se deberían promover acciones con objetivos claros, pensando en los “diferentes”, identificando fortalezas, habilidades y debilidades. Aceptando nuestras propias diferencias, tal cual existen para cada sueño, para cada meta u objetivo.


La diversidad dentro de la sociedad no es un problema, sino un aspecto enriquecedor para esta, y debería tener como finalidad buscar la inclusión para todos, impulsando proyectos, promoviendo aptitudes, unión y desarrollo del trabajo, siempre en equipo.


Otro punto fundamental que profundiza aún más las otras tantas dificultades, está asociada al campo laboral. Existe una gran necesidad de oportunidades, pero las respuestas en ese sentido no surgen. Hay muchas trabas, límites marcados, preconceptos, donde se subestima incluso nuestra capacidad.
Muchas veces me pregunto, que tan diferente podría ser la vida de una persona en condición de discapacidad, de contar con una actividad laboral qué de ingresos, dignifique, que otorgue alas o piernas para echar a andar los sueños, esos mismos sueños que muchas sillas de rueda los limitan.
Para llevar a cabo la integración, dentro de la discapacidad se puede utilizar como vehículo al deporte, la música, el estudio, los diferentes tipos de arte, entre otros.


Hay vías para promover la discapacidad, una de ellas quizás, sea tener una rutina de unión entre las familias vinculadas a este mundo, para ayudarnos colectivamente y así alcanzar logros aún pendientes, para demostrar y demostrarnos a nosotros mismos, que sin importar nuestras diferencias merecemos un lugar, ya que estamos siempre dispuestos, a dar un poco más.

Gabriel Gómez

19 años, vive en Melo.
Botón volver arriba
Cerro Largo Portal