
Concienciar sobre el peligro que representa el alcohol al volante y hacer un llamado a no conducir en estado de ebriedad, para evitar desgracias en estas fiestas de Navidad y Año Nuevo, es una responsabilidad de todos.
Es por eso, con el objetivo de prevenir y disminuir los accidentes de tránsito a consecuencia del consumo desmedido del alcohol, desde Cerro Largo Portal, te recordamos los efectos, los riesgos y las consecuencias.
La preocupación surge porque en este fin de semana y el próximo, tras dos años distanciados por la pandemia, se espera un mayor desplazamiento de personas, festejos y fiestas por la Natividad y el inicio del 2023. Esto significa estadísticamente más accidentes.
En nuestra ciudad capital, oficialmente podemos decir que serán 4 los eventos bailables autorizados por la Intendencia Departamental, de acuerdo a lo revelado en esta jornada por parte del Director de Medio Ambiente de la comuna, Emilio Domínguez.
El jerarca confirmó que los eventos tendrán hora de finalización, siendo las 8 de la mañana el horario tope para el cierre de los eventos.
LOS JÓVENES SON LOS MÁS VULNERABLES
Las bebidas alcohólicas están implicadas aproximadamente en el 50% de los siniestros de tránsito que provocan muertes y en el 15 al 35% de las lesiones graves.
Los jóvenes, por distintas circunstancias (conductores inexpertos, consumos elevados los fines de semana, conducta desinhibida, etc.) son particularmente vulnerables.
Hoy se sabe que un conductor alcoholizado, que muere en un siniestro vial, provoca cuatro muertos pasivos.
El 60% de nuestra vida transcurre en la vía pública, por lo tanto, cualquiera de nosotros se puede ver involucrado en un siniestro vial a raíz de conductores alcoholizados.
FALSO: “CUANDO TOMO MANEJO MEJOR”
La consumición de alcohol antes o durante la conducción puede producir fundamentalmente alteraciones sobre la visión, la función psicomotora, el comportamiento, la conducta y la capacidad de manejo del conductor.
Finalmente, y de acuerdo a la cantidad ingerida, el alcohol puede provocar alteraciones del comportamiento y de la conducta.
A medida que aumenta la concentración de alcohol en sangre aumenta el riesgo de sufrir un siniestro de tránsito y específicamente el riesgo de un accidente mortal.
El aumento del riesgo de accidente y por ende de muerte se produce a un ritmo muy superior al del aumento del contenido alcohólico del conductor.
La mayoría de la gente cree que el problema es el ebrio al volante, el individuo que conduce bajo síntomas externos claros y notorios de intoxicación alcohólica.
Su presencia en la vía constituye un riesgo incalculable, pero no es lo más común porque la misma ebriedad suele impedirle conducir.
Lo verdaderamente temible es el alcoholizado, el que parece sobrio por la falta de síntomas, pero que conduce bajo el “efecto de engaño”, con los reflejos disminuidos y la visión afectada, tomando y creando riesgos como si fuera un juego.
Es una bomba de tiempo… y hay miles en nuestras calles y rutas.
La ignorancia lleva a admitir como “aceptable” e incluso “inocente” y hasta “gracioso” conducir un vehículo con “algunos tragos”.
¿Cuántas vidas quita y cuánto dolor provoca la ignorancia?
Aprendamos decirle “NO” al trago traidor, para que logremos volver a nuestros hogares vivos, íntegros y sin el sangriento rótulo de “homicidas”.