
Julio “Colorin” Correa nació junto a la Laguna Merin el 9 de julio de 1948, en el departamento de Treinta y Tres, en la frontera con Cerro Largo. En la década del 70 Jugó a nivel regional en clubes olimareños y en su selección, fue campeón del interior, vistió la casaca de Rampla Jrs., de Liverpool, de Defensor, y llegó al New York Cosmos en 1975 donde compartió equipo con Pelé, uno de los más grandes jugadores del mundo, que hoy pasó a ser leyenda.
Dice Oliverio García que Julio Correa, conocido en el pueblo como el “Colorín”, tuvo una particular trayectoria a través de diferentes clubes uruguayos y del exterior, pero el punto mas alto de su carrera fué, seguramente, cuando militara en el Cosmos de New York junto a una constelación de estrellas del fútbol de todo el mundo, entre ellas nada menos, que Edson Arantes do Nascimento, o simplemente Pelé, quien entre otros logros fuera 3 veces campeón del mundo vistiendo la camiseta de la selección de su país.
Cuentan los allegados a Correa, lo fuerte que había sido para el Colorín entrar al vestuario del Cosmos, mirar para el costado y ver aquellas figuras, particularmente tener la posibilidad de tener a Pelé ahí al lado, real, de verdad, en carne y hueso, no en un sueño como alguna vez de gurí se lo había imaginado.
Por esa razón había perpetuado uno de esos instantes en una foto: Colorín y Pelé abrazados antes del comienzo de un partido, como para colgarla en el living y decirle a la gilada: “sacate esa pulpita de los dientes”.
“LA GOLA SE VA Y LA FAMA ES PURO CUENTO”
Previsor de que los años de futbolista serían solo una etapa, que la gola se va y la fama es puro cuento, Correa había encarado algún emprendimiento empresarial con vistas a su retiro. En ese contexto había adquirido, creo que en sociedad, en la calle principal de la capital departamental la Veterinaria a La Rural, y claro está, entrabas y te dabas de frente con aquella foto del Colorín con Pelé.
Cuenta la leyenda que una vez visitó el comercio un paisano de los pagos del Arrozal Treinta y Tres, que había conocido a Correa en aquellos años de terrón, sacrificio y espiga, y como le pasaba a todo el mundo se topó de frente con la imagen de los jugadores del Cosmos.
– ¿viste quiénes son?- le interrogaron casi socarronamente, a lo que el paisano desde su más pura inocencia respondió:
– Sí, el de este lado es el Colorín, pero el negrito no se quién es.-”

Ampliaremos.