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Investigadora busca conocer las características del agua del Acuífero Guaraní en Artigas

El objetivo es que los tomadores de decisión sepan que hay lugares donde el acuífero es más susceptible de contaminación.

En la región noroeste de nuestro país se ubica el Acuífero Guaraní, una formación geológica capaz de almacenar agua en el subsuelo y que se aprovecha para el suministro de agua potable, riego y el desarrollo de centros turísticos termales (exclusivamente en el sector litoral oeste). Este acuífero abarca 36.171 km², comprendiendo total o parcialmente los departamentos de Rivera, Tacuarembó, Artigas, Salto y Paysandú, región donde viven unas 400.000 personas y de la que se extraen aproximadamente 25 millones de metros cúbicos de agua al año.

Las formaciones geológicas que conforman este acuífero también se extienden en los territorios de Argentina, Paraguay y Brasil, y de allí se obtienen cerca de 1.000 millones de metros cúbicos por año de agua para diversos usos.

Investigaciones realizadas sobre este acuífero han analizado la manera en que circulan las aguas desde áreas de recarga y descarga, lo que es importante para establecer estrategias más precisas para el cuidado de este valioso recurso y su aprovechamiento de manera sostenible.

Uno de esos trabajos se enfoca en el estudio de la geología y el análisis del acuífero en la zona de Artigas. En diálogo con Montevideo Portal, Lucía Samaniego, geóloga y estudiante de posgrado de la Maestría en Geociencias del Programa de Desarrollo de las Ciencias Básicas (Pedeciba), habló sobre su investigación en aguas subterráneas en este gigantesco reservorio natural de agua dulce.

“En Uruguay, el Acuífero Guaraní se encuentra en diferentes formas; una de ellas es aflorando a nivel del suelo, en una zona faja que cubre parte de Rivera y Tacuarembó. También se encuentra aflorando en una pequeña porción en Artigas, lo que se llama ‘la ventana del Guaraní’”, sostuvo Samaniego.

Ha habido estudios en todo el acuífero, pero en la ventana de Artigas no había ningún estudio detallado que estudiara la geología, hidrogeología, el análisis del uso del suelo y la vulnerabilidad del acuífero en una escala de detalle.

“Es una zona muy explotada. OSE tiene muchos pozos para abastecimiento humano en Artigas, y la zona de estudio tiene gran actividad humana, ya sea por la ciudad misma o en la parte rural, donde hay plantaciones mayormente de tabaco. Esa ambigüedad de ambientes en los que ambos utilizan el agua subterránea para diferentes usos me gustó y por eso decidimos junto a mi tutor empezar este trabajo de final de carrera que consistió en primer lugar en reunir los antecedentes que había en la zona”, aseveró la investigadora.

Luego pudieron hacer algunas salidas de campo para verificar la geología, el uso del suelo y también relevaron pozos de captación de agua subterránea, para lo que contaron con el apoyo del Pedeciba y de una beca de posgrado de ANII. Recogieron puntos de control de la geología y analizaron lugares donde tuvieran pozos. “Tuvimos una muy buena relación con la regional de OSE que hay en Artigas, que nos pusieron a disposición mucha información de los pozos. Esa interacción fue muy buena”, agregó.

Un mapa que caracterice a la microrregión de Artigas

En lo que refiere a la geoquímica, se muestrearon varios pozos y aguas superficiales de dos arroyos que pasan por la zona para estudiar una posible vinculación entre el agua subterránea y la superficial. “Buscamos ver qué diferencia química existe según si el agua se extrae del basalto o del Guaraní. También buscamos establecer cuál es el límite del Guaraní aflorante allí, porque eso es algo que no estaba delimitado detalladamente aún”, acotó.

Samaniego comentó que a partir de todos los datos recopilados se pudo realizar “un mapa geológico de la zona, una caracterización química del agua, y un mapa de la vulnerabilidad que señala zonas en donde el acuífero es más susceptible a la contaminación”.

“La idea de esos mapas es que sirvan para los tomadores de decisión de manera de guía, de que hay lugares donde el acuífero es más susceptible y debe haber mayores controles sobre las actividades humanas que allí se emplacen y que puedan impactar al acuífero. Al estar al nivel del suelo cualquier cosa que le hagamos arriba le afecta directamente, por lo que se debe tener más cuidado”, añadió. En ese sentido, la investigadora consideró que esta “es una herramienta de gestión sobre las aguas subterráneas que los decisores, como las intendencias, no tenían y es necesario que tengan”.

El objetivo del trabajo es conocer las distintas características que tiene el agua subterránea en la zona de la microrregión de Artigas. “Queremos saber qué cantidad de agua se extrae, dónde hay pozos, dónde cambia la geología, dónde está aflorando ese el Acuífero Guaraní y dónde hay basalto, que es otro tipo de roca que tiene un comportamiento totalmente diferente al acuífero. El Acuífero Guaraní está compuesto por granos de arenisca (el agua circula a través de los poros), y el basalto es una roca dura, oscura, y el agua no se comporta de igual manera en esas dos rocas”, expresó Samaniego.

“Buscamos ver qué diferencia química hay según si se extrae el agua del basalto o del Guaraní. También queremos establecer cuál es el límite del Guaraní allí, porque eso es algo que no está bien delimitado”, acotó.

El 100% de la ciudad de Rivera se abastece del Acuífero Guaraní; no obtienen agua de cursos superficiales. En Artigas, en tanto, aproximadamente un 50% del agua proviene de las perforaciones del Acuífero Guaraní.

Samaniego explicó que el acuífero en zonas rurales es importante “para el riego, para darles de beber a los animales, o para abastecimiento de escuelas rurales y viviendas donde no llega la red de OSE”.

Sin embargo, consideró que “es un error ver al Acuífero Guaraní como la vedette, cuando también hay otros acuíferos en Uruguay que son igual de importantes, que cumplen el mismo rol en otras zonas del país”.

“El agua subterránea es importante y, a veces, no le damos el cuidado o la protección que se merece, no solo a nivel gubernamental, sino a nivel de usuarios, la mayoría de las veces por desconocimiento. Como no la vemos, se dice que es un recurso invisible, y no pensamos que podemos sacar demasiado o estar sobre explotando de ese recurso e impactando al acuífero con las actividades que hacemos a su alrededor”, concluyó la investigadora.

Por Santiago Magni / Montevideo Portal

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