“NO ENTIENDO PORQUE ME DESTROZARON LA MOTO”, DIJO UN JOVEN TRABAJADOR DE MELO AL QUE LE ROBARON SU HERRAMIENTA DE TRABAJO EN 30 SEGUNDOS
LE LLEVARON UNA JOYITA Y LE ENTREGARON UNA CHATARRA

El robo de motos es una constante de estos tiempos y de esa realidad no escapa la ciudad capital del Dpto., ni tampoco el interior. Si bien muchas terminan desguazadas y las venden por partes, otras lisa y llanamente son estropeadas, despedazadas. Estas acciones llevan a que un flamante birodado en cuestión de un rato pase de ser una joyita, a una chatarra.
A un joven trabajador del frigorífico PUL (a quien no vamos a identificar), le pasó, y vio mediante el registro de una de las cámaras del lugar como en unos segundos dos individuos, le robaban el fruto de sus largas horas de trabajo, del frio de la madrugada, de privarse de algunos gustos con tal de obtener su moto que en definida es, o fue, su herramienta de trabajo.
Robar claro que NO esta bien, pero romper, partir, deshacer y quebrar cuanto plástico, luces y cables tenga una moto, es algo aún más difícil de entender.
El hilo conductor del robo perpetrado en un complejo de viviendas del barrio Estero Bellaco, nos lleva a la hipótesis de que después de hurtar la moto en 30 segundos (literal), los malvivientes se la llevaron sin encenderla hasta la placita existente en el lugar. Para ello cruzaron la calle y no mucho más, y allí, amparados en la oscuridad y la vegetación reinante, le rompieron cuanto plástico pudieron y después de lograr ponerla en contacto, se fueron en moto nueva y desecha.
A las 72 horas la misma apareció abandonada en predios de AFE, cercanía de la canchita de futbol infantil del club Continental. La verdad, costaba reconocerla:
“No entiendo porque me destrozaron la moto” nos cuenta con desazón la víctima del robo, quien indica que los arreglos le costarán unos 45 mil pesos (que no tiene).
La policía trabaja en el caso tratando de identificar a los responsables de esta maldad.