La institución albi roja recuerda en esta jornada el aniversario número 29 de lo que fue el primer y único título del fútbol arachán en el Torneo de Clubes del Interior del País. La copa alcanzada que fue motivo de alegría en inicio de los 90 y que es orgullo permanente para los artiguistas, se ha transformado en nostalgia de un tiempo pasado que sin duda fue mejor.
La historia relatada por el propio campeón nos indica, que un “11 de julio de 1993, tras un largo camino, duro y luchado, el Artigas estaba a un paso de conseguir un título inusitado en la rica historia del fútbol de Cerro Largo. Habían pasado ocho difíciles partidos hasta llegar a los últimos dos. La primera final, jugada en Melo había sido triunfo por 2-0 con goles de Gonzalo Martins y Alaniz en contra y la gloria estaba ahí.
En el Campeones Olímpicos de la ciudad de Florida no entraba ni una persona más aquella tarde. Cerca de 500 arachanes estaban en las tribunas y unos cuantos miles pegados a la radio esperando el cierre de oro de una gran campaña.
Con un plantel corto, un solo refuerzo y mucho esfuerzo, el Artigas afrontó ese desafío fiel a sus costumbres. Con mucho trabajo, identidad y sacrificio, el club afrontó el Campeonato de Clubes Campeones del Interior a la altura de las grandes gestas arachanas. Sin un gran presupuesto, pero con mucho corazón se fueron sacando adelante cada una de las fases.
En Florida, Quilmes salió a buscar el partido alentado por su gran cantidad de hinchas, pero se le hizo difícil. Tras un primer tiempo peleado, en el comienzo del segundo los locales se fueron arriba en el marcador y todo parecía indicar que forjarían una tercera final.
Las tribunas en Florida derramaban optimismo, pero no contaban que enfrente estaba el Artigas, un equipo que sabe jugar finales. Ramón Giménez empató el partido y fue todo lo que se necesitó para asegurar la Copa, ya que el equipo no paró. Daniel Olivera amplió la ventaja y Sergio Silva puso el 3-1 final.
Costó y fue luchado, pero representamos al glorioso fútbol de Cerro Largo de la mejor manera. En 1993 y tras vencer a Quilmes en ambas finales, nos consagramos como reyes del Uruguay y trajimos la copa a casa. Por si fuera poco, de forma invicta”.
El relato compartido fue publicado por la institución centenaria al cumplirse los 25 años de la recordada gesta, bajo el saludo tradicional de: ¡Salud artiguistas!