Damasco: Festejos en medio de la incertidumbre tras la caída de Al Asad; mirá las imágenes
Multitudes de sirios celebran por estas horas la caída del
presidente, Bashar al Asad, derrocado por una fulgurante ofensiva de grupos
rebeldes liderados por islamistas que puso fin a más de medio siglo de gobierno
de la dinastía fundada por Hafez al Asad.
Combatientes y civiles sirios manifestaron este lunes su
alegría en la Plaza de los Omeyas, en el centro de Damasco, donde acudieron después
de que los rebeldes levantaron el toque de queda nocturno, constataron
periodistas de la AFP.
El derrocado presidente Al Asad huyó de Damasco a Moscú el
domingo, expulsado por una espectacular ofensiva de los rebeldes islamistas,
que ha significado un punto de inflexión en la historia de este país gobernado
durante 50 años por su clan familiar.
Al Asad, quien dirigió Siria con puño de hierro desde su
llegada al poder hace 24 años, dimitió y abandonó el país, afirmó Rusia, su
principal aliado, que le concedió asilo, reportaron las agencias TASS y Ria
Novosti.
La casa del mandatario alauita, quien sucedió a su padre
Hafez Al Asad, que gobernó el país de 1971 a 2000, fue saqueada después del
anuncio de que la alianza rebelde liderada por los islamistas de Hayat Tahrir
al Sham (HTS) entró a Damasco.
Decenas de personas salieron a las calles para celebrar
la caída del gobierno. Imágenes mostraron personas derribando y pisoteando
estatuas de Hafez al Asad.
“¡Siria es nuestra, no es de la familia Asad!”, gritaron
combatientes en las calles de Damasco. En la plaza de los Omeyas, se podía
escuchar disparos en señal de júbilo.
“Es indescriptible, no pensábamos que esta pesadilla iba a
terminar, estamos renaciendo”, dijo con entusiasmo Rim Ramadan, de 49 años, una
empleada del ministerio de Finanzas, que celebraba en la plaza.
“Llevábamos 55 años con miedo a hablar, incluso en casa, nos
decíamos que las paredes tenían oídos. Te sientes como si estuvieras viviendo
un sueño”, agregó a la AFP con el sonido de fondo de bocinas y detonaciones de
celebraciones.
Desde la plaza se podía ver una columna de humo en un barrio
vecino donde están los edificios de los servicios de seguridad, que fueron
incendiados el domingo.
La ciudad se mantuvo casi desierta luego que se levantara el
toque de queda impuesto hasta las 5 de la mañana.
Los insurgentes derrocaron a Al Asad tras una fulgurante
ofensiva lanzada desde un bastión en la provincia de Idlib, en el noroeste del
país, el 27 de noviembre.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una oenegé
con sede en Reino Unido que monitorea el conflicto, estima que al menos 910
personas, entre ellas 138 civiles, murieron desde el inicio de esta operación
relámpago.
La violencia también desplazó a 370.000 personas, según la
ONU, en un país que sufrió una sangrienta guerra civil provocada por la
represión de masivas manifestaciones prodemocracia en 2011.
Siria fue “purificada”
A pedido de Rusia, el Consejo de Seguridad de la ONU se
reunirá el lunes de emergencia para discutir a puerta cerrada la situación en
Siria.
El líder islamista de la coalición rebelde, Abu Mohamed al
Jolani, llegó el domingo a Damasco y se dirigió a la célebre mezquita de los
Omeyas donde pronunció un discurso en el que afirmó que Siria fue “purificada”.
Videos que circulan en los medios muestran que fue recibido
por una multitud entre gritos de “Allah Akbar” (Dios es grande).
“Después de 50 años de opresión bajo el gobernante partido
Baaz, y 13 años de crímenes, tiranía y desplazamiento [desde el comienzo del
levantamiento en 2011] anunciamos hoy el fin de esta era oscura y el comienzo
de una nueva era para Siria”, afirmaron los rebeldes.
En la televisión pública, la coalición de insurgentes
informó que liberó a todos los prisioneros “detenidos injustamente”.
La caída del gobierno abre un periodo de incertidumbre en
Siria, fragmentada por una guerra civil que mató a casi medio millón de
personas desde 2011. El conflicto dividió al país en zonas de influencia, con
fuerzas beligerantes apoyadas por potencias extranjeras.
Asad “debería rendir cuentas”
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, celebró
el fin del “régimen dictatorial” de Siria.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó la
caída de Al Asad como una “oportunidad histórica” y afirmó que el dirigente “debería
rendir cuentas”.
“La caída del régimen es un acto fundamental de justicia”,
dijo Biden desde la Casa Blanca.
Washington tiene cerca de 900 soldados en el país como parte
de la coalición internacional que se creó en 2014 para ayudar a combatir al
grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Estados Unidos lanzó bombardeos contra más de 75 objetivos
del EI en Siria este domingo, informó el Comando Central.
Rusia afirmó que los rebeldes “garantizaron” la
seguridad de las bases militares rusas en Siria, reportaron agencias de
noticias rusas y Moscú solicitó una reunión de emergencia del Consejo de
Seguridad de la ONU sobre Siria el lunes.
Hay que evitar que Siria “caiga en el caos”,
advirtió Catar, un mensaje que repitió Arabia Saudita al pedir proteger al país
de la “división”.
Turquía, muy influyente en Siria donde respalda algunos
grupos rebeldes, pidió una “transición” pacífica en el país y afirmó
estar en contacto con los rebeldes para garantizar la seguridad.
La jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Kaja Kallas,
afirmó que la caída del gobierno es “positiva” y muestra “la
debilidad” de algunos de sus apoyos, Rusia e Irán.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el
derrocamiento de Al Asad como un “día histórico” y describió al mandatario como
un “eslabón central” del “eje del mal” dirigido por Teherán.
En base a AFP
Montevideo Portal