CAMBIO DE SECCIÓN: DE POLICIALES A TURISMO EN MENOS DE 24 HORAS

En la edición pasada hicimos referencia que en la vistosa, histórica y misteriosa estancia “Los Miradores”, ubicada en cercanías de la ciudad de Fraile Muerto (ruta nacional número 7), se había dado el hallazgo de lo que parecían ser restos óseos humanos.
Tras la intervención policial y ante el relevamiento técnico de rigor, se arriba a la conclusión que los restos óseos son de origen animal. Aun así, restan otras pericias a cargo del Instituto Forense.
LA NOTICIA DESPERTÓ EL INTERÉS DE POSIBLES VISITANTES
Ante la presunta macabra noticia, tomo relevancia el contenido histórico de la vieja casona, considerada parte del patrimonio nacional, y fueron muchos los internautas, fundamentalmente no oriundos del departamento, los que se comunicaron con la producción de Cerro Largo Portal, expresando la intención de visitar a “Los Miradores” que por unas horas… volvieron a ser observados.
Quien parece no ver el potencial y el valor histórico del lugar es el propio Estado, el que designó al establecimiento rural como Patrimonio Histórico desde unos 10 años, sin invertir ni medio peso en mejorar o sostener la estructura centenaria.
A impulso de los propietarios, el predio está bien cuidado y es escenario natural para visitas ocasionales, de quinceañeras y fotógrafos, de estudiantes, historiadores y algunos turistas que al pasar por la zona piden para pasar y sacarse alguna foto.
Quizás la visibilidad alcanzada de manera involuntaria en estas últimas horas, termine despertando el interés de actores locales o nacionales, para que efectivamente se interesen por darle valor real y tangible a “joyitas” de este tipo, las que suelen estar al borde del fin o del olvido en la ruralidad del verdadero Uruguay profundo.
DETRÁS DE LA FACHADA
La pulpería “Los Miradores” y la causa de la rivalidad entre los Saravia y los Muniz.
A ocho kilómetros de la localidad de Fraile Muerto, frente a la Ruta Nacional N° 7, se encuentra una llamativa construcción de mediados del siglo XIX, cuya característica más sobresaliente son los dos torreones que exhibe en sus extremos Sudeste y Noroeste, a los que debe el nombre de “Los Miradores”.
El viejo edificio, semejante a una pequeña fortaleza, es una construcción rectangular, cuyas espaciosas habitaciones iluminadas por amplias ventanas, encierran un patio interior en cuyo centro se destaca un pintoresco aljibe.
El escritor Justino Zavala Muniz establece que el primer propietario de “Los Miradores” fue Ramón Mundo, “natural del pueblo de la Unión”, quién “para asombro de los vecinos de la Laguna del Negro, construyó aquella casa cuyo aspecto recordaba los feudales castillos del Medio-Evo”.
La construcción de los torreones se debió a motivos de seguridad, ya que en la época en que se construyó el edificio existía una gran inseguridad en la campaña, y los saqueos a las estancias eran frecuentes.
Es conocida como: “La casa quemada”, “Estancia los miradores” o “La pulpería de Ramón Mundo”. Perteneció desde 1896 a Ramón Mundo y tenía una pulpería.
La arrendó el matrimonio Zavala Muniz y hubo problemas con muerto y todo, con división comandada por Chiquito Saravia.