
Un 30 de agosto pero de 1998, fallecía Carlos Molina (1927-1998), payador, poeta, escritor y cantor nacido en Melo, Cerro Largo, reconocido como uno de los grandes cultores de la payada en el Río de la Plata durante la segunda mitad del siglo XX.
Figura destacada de la cultura popular, Molina llevó el arte de la improvisación y la poesía criolla a escenarios de Uruguay y Argentina, donde se consolidó como referente del género. Su talento lo convirtió en un símbolo de la identidad rioplatense, trascendiendo fronteras y épocas.
Además de su labor como payador, incursionó en la escritura y el canto, dejando un legado que continúa vigente en la tradición oral de la región. Su estilo, marcado por la profundidad de sus versos y la fuerza de su interpretación, lo hizo merecedor del respeto de colegas y del cariño del público.
A 27 años de su partida, la memoria de Carlos Molina sigue viva, recordando a aquel hombre que desde Melo llevó la voz del campo, la música y la poesía a lo más alto del Río de la Plata.