La exescuela N°25 de Paso del Centurión pasó a integrar oficialmente el circuito de los Sitios de la Memoria Huella Pedagógica, al ser el lugar donde se constituyó la primera Misión Sociopedagógica de Cerro Largo.
La iniciativa celebrada la semana pasada y publicada hoy en la página oficial de la ANEP, se enmarca en la conmemoración de los 80 años de las Misiones Sociopedagógicas en Uruguay, movimiento que nació a partir de estudiantes de magisterio que, entre las décadas de 1940 y 1970, llevaron propuestas educativas y culturales a zonas rurales empobrecidas y aisladas del país.
Historia y legado en Paso Centurión
El pequeño poblado, enclavado en el paisaje protegido Paso del Centurión y Sierra de Ríos —40 kilómetros al noreste de Melo y próximo a la frontera con Brasil—, fue el escenario donde el médico Felipe Cantera adquirió tierras entre 1955 y 1973 con el objetivo de impulsar un proyecto con infraestructura para actividades pedagógicas, sociales y culturales.
El lugar funcionó primero como enfermería y centro de atención comunitaria, además de alojamiento para los primeros misioneros. Con el tiempo, se transformó en escuela y también en un espacio abierto a la proyección de cine, reuniones comunitarias y propuestas recreativas. Durante 18 años, los misioneros y misioneras trabajaron allí de manera continua, bajo principios de colectividad, horizontalidad y respeto.
Reconocimiento y memoria
El jueves de la semana Una placa conmemorativa fue instalada en el sitio en un acto que contó con la presencia de autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), encabezadas por la consejera del Consejo Directivo Central, Carolina Pallas. También participaron Rafael Cantera —hijo del impulsor del proyecto—, el historiador Gabriel Scagliola, además de generaciones de misioneros de todo el país.
Se recordó a figuras como Elena Quinteros, Julio Castro, Estela Feo y Gustavo Izaurralde, entre otros, quienes marcaron una huella en la historia de la educación rural uruguaya con compromiso, voluntad y, como ellos mismos decían, con “la alegría de trabajar por la comunidad”.
