Victoria Silva

¿Cómo impactan las ciudades en nuestra salud física y mental?

Para reflexionar desde una visión macro del espacio que habitamos, hacia una micro, y su impacto en nuestra salud, comencemos a pensar si nuestras ciudades son un aliado o no para nuestra salud física y mental.

La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como: “un estado de bienestar en el que cada individuo se da cuenta de su propio potencial, puede hacer frente a las tensiones normales de la vida, puede trabajar de manera productiva y fructífera, y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.

Así como la salud física no es simplemente la ausencia de enfermedad física, la salud mental no es simplemente la ausencia de enfermedad mental. 

Las ciudades, calles y edificios tienen mucho que ver con nuestra salud mental. El exceso de ruido ambiental, la contaminación lumínica, la falta de zonas verdes cercanas a la vivienda y muchos otros factores nos afectan física y psicológicamente. Pudiendo incidir en nuestras conductas, vínculos y toma de decisiones.

Podríamos nombrar muchos aspectos de las ciudades nos ayudan a mejorar y mantener la salud mental en un nivel óptimo, pero quiero hacer hincapié en uno principalmente, los espacios verdes en las ciudades.

Según el Centro de Diseño Urbano y Salud Mental, creado por Layla McCay , psiquiatra y profesora de la Universidad de Georgtown EE.UU, existen importantes relaciones entre los espacios verdes, la salud mental y el bienestar. 

Según investigaciones del centro, los mismos son eficaces para mejorar el bienestar mental general, reducción de la depresión, reducción del estrés, mejora del funcionamiento social y cognitivo (incluido el TDAH), mejora del estado de ánimo y reducción de la agresión en personas con demencia.

Hay una variedad de formas en que los espacios verdes pueden mejorar la salud mental. Las principales son: la promoción del ejercicio físico, promociona un escenario para la interacción social, construyendo redes sociales. Teoría de la biofilia (Edward Wilson): los humanos tenemos una necesidad biológica de estar en contacto con la naturaleza. Teoría de la reducción del estrés (Roger Ulrich): alejamiento de las exigencias cotidianas, apreciación estética, atención impulsada por el interés. Teoría de la restauración de la atención (Rachel y Stephen Kaplan): facilita la atención sin concentración.

Por lo cual el espacio verde debe integrarse en todos los diseños.  La prioridad es garantizar que las personas tengan una exposición constante y regular a la naturaleza urbana en el transcurso de sus rutinas diarias.

La invitación es a cuidar nuestros espacios verdes existentes en las ciudades, y frecuentarlos, así como también invitarlos a considerar en la escala micro de cada hogar o espacio cotidiano, si es posible crear espacios verdes, por pequeño que sea, todo en beneficio de la salud mental. 

Victoria Silva Goñi

Arquitecta, fundadora Origen Estudio – Neuroarquitectura.
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